Licor y chocolate, un matrimonio bien avenido.

Pocos maridajes son tan equilibrados como los que se dan entre un licor fuerte y el chocolate. Sus aromas y su práctica carencia de acidez hace que sean prácticamente un complemento natural de los sabores dulces y grasos del chocolate. Para jugar con estas armonías podemos mojar el chocolate en el licor o consumirlo con pequeñas cantidades del mismo.

Comenzamos este viaje redescubriendo el chocolate negro en compañía de un Armañac. Se trata de un licor afrutado y delicado que llevará a otro nivel las sensaciones del chocolate negro.

Si preferimos Coñac, podemos combinarlo con un grand cru Guanaja de América Central, o del Caribe, y después de esto prepararnos para disfrutar de la complejidad de aromas y sabores para nuestro paladar.

En cuanto a los whiskies, no podría existir una pareja más perfecta que la de whiskie y chocolate. Un whiskie single malt ligero y suave combina con trufas de chocolate o bombones con ganaché. Un whiskie con más fuerza y aroma a turba combina con bombones de gianduja.

El ron es uno de los licores fuertes más dulces y puede presentar sabores avainillados y a pastel recién salido del horno, marida de forma espléndida con los grand crus del Caribe, con chocolates con leche y blancos.

El tequila también puede combinar muy bien con el chocolate, realzando los sabores complejos, muy torrefactos y ligeramente ácidos de los chocolates criollos o forasteros.

El vodka lo reservamos para saborear determinados postres elaborados con chocolate, como puede ser el helado, combinando suavidad y agresividad: una excelente pareja.

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